Como nueva referencia a la filiación benedictina de la iglesia, que dependía del monasterio de San Martín, en las pechinas se representan a los cuatro doctores benedictinos: san Ildefonso de Toledo (606-657), san Anselmo de Canterbury (1034-1109), san Ruperto de Deutz (1075-1129) y san Bernardo de Claraval (1090-1153). Todas las representaciones están acompañadas de ángeles, con alas que se proyectan fuera de los marcos mediante labor escultórica.
Hacia el presbiterio, san Ildefonso de Toledo (derecha) y san Anselmo de Canterbury (izquierda)
San Ildefonso está representado con hábito benedictino y estola, sentado, llevando sobre las rodillas el libro que le identifica como doctor de la Iglesia, y acompañado por un ángel que porta la cruz de doble travesaño que le identifica como obispo. A su derecha, un ángel niño le ofrece una pluma y un cuchillo para afilarla, animándole a continuar escribiendo.
San Anselmo está representado con hábito benedictino y estola, sentado. Lleva en la mano derecha la pluma, mientras que un ángel le sostiene el libro. Otro ángel, niño, sostiene la cruz de doble travesaño que le identifica también como obispo (en este caso, de Canterbury)
Hacia la nave, san Ruperto de Deutz (derecha) y san Bernardo de Claraval (izquierda)
San Ruperto está representado también con hábito benedictino, sentado. Lleva en su mano derecha una pluma, y con la izquierda sostiene el libro que apoya en su rodilla. Abajo a su izquierda asoma la voluta de un báculo, pues fue abad de San Heriberto, en Deutz.
San Bernardo está representado con el hábito blanco cisterciense, propio de la reforma benedictina que él encabezó. Lleva en su mano derecha una pluma, y con la izquierda sostiene un tomo cerrado sobre su rodilla. Abajo a su derecha, dos ángeles sostienen una mitra y un báculo del cual sólo vemos el mástil, que hacen referencia a su condición de abad de Claraval (Clairvaux), monasterio que fundó y que gobernó hasta su muerte, en 1153.
Foto: Parroquia de San Marcos.