EL RETABLO
Cristo crucificado de tres clavos, mostrado con gran serenidad, sin apenas sangre, según modelos neoclásicos. Ocupa un retablo sencillo de madera imitando mármol. En el fondo, las imágenes pintadas de la Virgen y san Juan, formando un calvario.
En la parte superior, flanqueando el travesaño superior de la cruz, dos cartelas de fondo dorado muestran atributos de la pasión. A la derecha del observador, una mano, representando la que dio a Cristo la bofetada ante el sumo sacerdote, y un martillo. A la izquierda, tenazas y clavos.
Coronado por un frontón circular abierto, muestra en su centro una corona de espinas radiada que rodea 3 clavos. A ambos lados, sentados en la cornisa, dos querubines portan atributos de la pasión: el de la derecha, una escalera, representando la que sirvió para bajar de la cruz el cuerpo muerto de Cristo; el de la izquierda, una lanza, representando la del centurión romano que atravesó su costado, y la caña con la esponja, representando aquella con que le ofrecieron vino mirrado (“vino mezclado con hiel”) de efecto analgésico, que no quiso probar.
Foto: Parroquia de San Marcos.